Viajar al Norte de Francia
Los principales lugares de interés del norte de Francia abarcan siglos de historia, desde los imponentes megalitos de Carnac, pasando por la majestuosidad dieciochesca de la arquitectura urbana de Nancy, al futurista Palais l’Europe de Estrasburgo, sede del Parlamento Europeo.
El popular pueblo costero de Carnac, debe su fama a sus yacimientos arqueológicos prehistóricos, considerados unos de los más importantes del mundo. Para comprender mejor los dibujos realizados en piedra de la zona lo mejor es asistir primero al Museo de Prehistoria. Entre los muchos yacimientos el más popular es el de Kermario.
Avanzando en la historia podemos visitar el castillo de St-Malo o Chateau de St-Malo, también en Carnac, construido en el siglo XIV o el famoso tapiz de Bauyeux, que conmemora la invasión de Guillermo el Conquistador y la batalla de Hasting (siglo XI).
La joya de la corona de las ciudades del norte de Francia es Reims. La Catedral de Reims, comenzada a construir en 1211, durante varios siglos fue el escenario de coronación de los reyes franceses. Destaca sobre toda la construcción el enorme rosetón del siglo XIII y la fachada oeste, decorada con más de 2.300 estatuas.
En Reims también se debe visitar el Palais Tau, alojamiento de los reyes en la ciudad, construido en 1690. Y por supuesto no se puede pasar por esta ciudad sin visitar sus bodegas de vinos y de Champagne, consideradas un legado histórico.
La ciudad más importante de la región por su poder económico y su desginación como sede del Parlamento Europeo es Estrasburgo.
Estrasburgo es una ciudad moderna con un encanto especial. Una travesía por los canales que rodean el casco antiguo para ver los Ponts-Couverts. Este entramado de puentes junto con sus torres de vigilancia constituía el sistema de vigilancia de la ciudad.
La Catedral de Notre-Dame de Strasbourg, es de finales del siglo XI, lo mejor es su aguja y las vistas de la ciudad que se aprecian desde allí. El majestuoso Palais Rohan alberga tres museos todos de gran importancia: Museo de las Bellas Artes, el Museo Arqueológico y el Museo de las Artes Decorativas. En el recorrido se pueden incluir el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo con piezas exquisitas y el Museo Alsaciano con su colección de artesanía local.
Finalmente el plato fuerte de la zona, el famoso Mont-St-Michele, ubicado en la Isla Mont-Tombe (tumba en el monte) actualmente bien comunicado por un puente. Esta isla primero oratorio y luego monasterio benedictino, es una construcción singular sobre la que destaca la fortificación en lo alto de la colina. Durante siglos los peregrinos conocidos como miquelors, acuden aquí desde lejos para rendir culto a San Miguel. /// Texto escrito por Alfredo. |