Turismo en Sant Pol de Mar
Sant Pol, bañado por el Mediterráneo, se ha vuelto uno de los pueblos con más atractivo de la costa barcelonesa. Esta villa, con las casas escalonadas que siguen las formas de las montañas donde se asientan, es un ejemplo clásico de pueblo mediterráneo. Esta fisonomía, juntamente con la gran oferta urbanística que dispone, provoca el acercamiento de mucha gente proveniente de Barcelona y de turistas que vienen a pasar el verano.
Sant Pol ofrece diversas visitas obligadas al visitante, monumentos, iglesias y por supuesto las playas. En lo que se refiere a monumentos, destaca la ermita de Sant Pau o San Pablo y la iglesia de Sant Jaume o Santiago del siglo XVI.
Como muchos otros pueblos de la Costa del Maresme, la Villa de Sant Pol, cuenta con algunos edificios de interés arquitectónico construidos en estilo modernista, como: la casa del Dr. Roura, Can Planiol y Can Tió. La oferta cultural se cierra con las ruinas romanas de Morer, que en su tiempo fueron una bodega productora de vino y hoy solo quedan vestigios.
Sant Pol es un pueblo donde se pueden realizar muchas actividades deportivas, pero ninguna tan importante como el senderismo, dada su participación en el Camino de Ronda. Esta antigua ruta de vigilancia de los pueblos costeros de Barcelona, discurre siempre mirando al mar entre bosques, pueblos y carretera, es una maravilla y es algo que todos deberían probar.
La gastronomía de Sant Pol refleja de una manera fidedigna la dieta mediterránea, aunque se ve mejorada por la extensa gama de productos autóctonos, como pescado fresco y verduras de la huerta… y para acabar un delicioso postre, las famosas “fresas de Sant Pol”. Pero si hay algo que destacar de San Pol en cuanto a gastronomía, es el restaurante Sant Pau de la chef condecorada con 3 estrellas Michelin, Carme Ruscalleda. |
