Viajes a Calpe
Bajo la atenta vigilancia del acantilado más alto del Mediterráneo, el Peñón de Ifach, Calpe ha crecido a ambos lados de la Gran Roca. Símbolo e imagen de la Costa Blanca el peñón de Ifach con sus 332 metros de altura es uno de los mejores miradores de la ciudad. Declarado parque natural junto con el istmo que lo separa de la costa, además de un símbolo es el pulmón de Calpe y el lugar de encuentro de los deportistas de la zona.
Aunque es el más destacado de los espacios naturales, el peñón, no es el único parque de la ciudad. El Parque de Enginent y el Parque de la Vallesa son dos extraordinarias muestras de urbanismo. Las Salinas de Calpe no se quedan atrás en belleza natural, las aguas turquesa de la laguna y el curioso ecosistema merecen una vista.
El municipio guarda vestigios del pasado en su casco antiguo y curiosidades como las ruinas de los Baños de la Reina y la de unas antiguas salinas. Además de los Baños de la Reina –curioso nombre con el que se conoce los vestigios de una piscifactoría del siglo IV a.C.- la fortaleza o Castillo del Mascarat es la construcción más conocida de Calpe. Situada a 256 metros sobre el nivel del mar, esta antigua torre de vigilancia del siglo XVI forma parte de la identidad de la ciudad.
Un par de ermitas, la del Salvador y San Juan de la Cometa, junto con la iglesia antigua de Nuestra Señora de las Nieves completan una oferta monumental interesante, aunque reducida para dejar tiempo a las compras, la gastronomía y el descanso en unas vacaciones playeras.
El puerto pesquero de Calpe presenta una imagen muy animada y junto a él se suceden restaurantes en los que degustar pescados y mariscos de la zona. El paseo marítimo que une la costa es el lugar de encuentro más popular para turistas y locales que desean disfrutar de la brisa marina y de los restaurantes.
En su condición de destino turístico en España desde los años 30, Calpe, se distingue por la calidad de sus playas de arena fina y la limpieza de sus aguas. La ciudad tiene varias playas la de Levante o de La Fosa, la del Arenal-Bol y la del Cantal Roig, juntas cubren una extensión de 4.200 metros lineales de costa. Además de las playas hay varias calas que aunque no son de arena sino de cantos rodados o piedras, constituyen lugares mucho más aislados ideales para el descanso. Les recomendamos Calalga, Racó del Corv, Gasparet y la del Mallorquín próxima al Puerto Deportivo Les Basetes, en Benisa. |