Viajes a Bruselas
Bruselas, la capital bilingüe de Bélgica, es un lugar único, donde tanto el francés como el holandés son los idiomas oficiales.
Además de multi-idioma, esta multi-cultural ciudad es el corazón de Europa, donde se asienta la sede del Parlamento Europeo.
Bruselas es la principal puerta de entrada al país: está en el camino principal hacia el puerto, y es una importante parada en el tren que une Francia con los Países Bajos.
Cuenta la leyenda que la ciudad nació de una pequeña capilla construida por el predicador San Gorik en el siglo VI. Sin embargo, fue en el año 979 cuando su primera fortaleza fue construida, y este es considerado el año oficial de nacimiento.
Hoy en día es una ciudad de buena gastronomía, cafés culturales, arquitectura Art Nouveau y arte surrealista.
Bruselas es mejor descrita por una sola palabra: cosmopolita. Casi uno de cada cuatro residentes no es belga. Así que cuando estés tomando un chocolate caliente – una especialidad del lugar – en la acera de un café, sin duda verás pasar gente de todo el mundo frente a tus ojos.
La palabra cosmopolita también sugiere un cierto nivel de sofisticación, algo que la ciudad tiene en abundancia. Allí puedes deleitarte con excelentes museos, restaurantes galardonados con varias estrellas Michelin y algunos de las mejores muestras de ópera y música clásica del continente.
En una época en la que ya casi todo se ha descubierto, la capital de Bélgica te seduce como una de las incógnitas de Europa Occidental.
Para alojarnos elegimos el Radisson BLU EU, un elegante hotel bien ubicado. La habitación era lujosa, espaciosa y muy bien equipada. Una excelente opción para cualquier viajero!
Aunque hoy en día Bruselas es a menudo considerada principalmente como un destino para gente de negocios o diplomáticos - es la sede de la Unión Europea (UE) y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) -, lo cierto es que hay mucho para ver y hacer.
La ciudad cuenta con una mezcla fascinante de historia - con sus estrechas calles y cafés - y modernidad, especialmente en la zona de oficinas de la UE, con sus decenas de miles de empleados.
Bajo los brillantes edificios de oficinas, esta antigua metrópoli conserva su núcleo medieval, donde los turistas podemos disfrutar de la arquitectura, la atmósfera, los restaurantes y las tiendas de lujo que la hacen famosa.
Sin embargo, la ciudad mantiene un perfil relativamente bajo, por lo que tendrás espacio suficiente para disfrutar de sus monumentos, calles y hermosos parques.
Una de las primeras cosas que llamó nuestra atención fue el “Manneken Pis”, una pequeña escultura de bronce que representa a un niño desnudo orinando en la fuente.
La Grand Place, o la Plaza del Mercado, es uno de los más bellos lugares para visitar en Bruselas, incluido en la lista de sitios Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
Este hito histórico tiene algunas bellas estructuras en sus proximidades, como el Ayuntamiento y varias maravillosas casas.
La Catedral de San Miguel y Santa Gudula es una de las más importantes del país. Situada en la colina Treurenberg, fue donde el duque de Brabante transfirió las reliquias de Santa Gudula desde la iglesia del pueblo.
Al igual que el resto de la ciudad, los restaurantes reflejan el encuentro entre lo antiguo y tradicional, con lo nuevo e internacional.
Encontrarás rústicos lugares que sirven mejillones junto a cosmopolitas restaurantes de moda. La intersección de Grand Place con Rue des Bouchers y con Place du Grand Sablon tienen una gran variedad de lugares para comer.
A la noche, la Ópera Nacional y muchos otros teatros exhiben eventos y conciertos para quienes buscan una salida cultural
Los principales puntos de la vida nocturna varían, pero Place St-Gery ha sido muy popular durante los últimos años. Lo bueno es que en Bruselas nunca estás lejos de un buen bar. /// Texto escrito por Alfredo. |
