Turismo en Valonia
Valonia junto con Flandes y Bruselas constituyen las tres regiones administrativas de Bélgica. La diferenciación de dichas regiones viene dada por el idioma y la cultura. Las tres regiones son igualmente poderosas políticamente y por ello el país se podría decir que Bélgica es una de las democracias más verdaderas de Europa.
Mientras que muchos turistas deciden visitar Bruselas, Brujas y Gante, pocos optan por disfrutar de las maravillas de las ciudades valonas.
A poca distancia de Bruselas, Namur, la capital de Valonia, es una ciudad que cada vez llama más la atención. Asentada en una encantadora región, esta metrópolis se está abriendo al mundo, al tiempo que mantiene su centro exclusivamente para los peatones.
Cualquier persona que haya visitado Namur conserva un agradable recuerdo de su belleza, como la languidez con la que fluye el río Mosa, la belleza de sus monumentos y lugares de interés, y esa suave forma de vida que la hace digna de ser vivida.
También encontrarás una docena de festivales de renombre internacional en la región, que abarcan desde el cine hasta el canto coral, incluyendo la poesía, el saxofón y ferias de artesanías, signo de que en Namur cualquier excusa es buena para juntarse y divertirse.
Lieja es la segunda ciudad más conocida de Valonia. Esta antigua ciudad a orillas del río Mosa, posee una larga historia que se remonta a la época de Carlomagno. Con una ubicación maravillosa, la ciudad se encuentra a pocos kilómetros de Maastricht (Holanda) y Colonia (Alemania), y a sólo una hora de Bruselas y dos de París.
El ambiente de la ciudad es agradable y atractivo, desde las terrazas de los cafés y las tabernas de estilo tradicional, hasta el centro de la ciudad - en gran medida una zona peatonal -, un lugar ideal para ir de compras. La excitante vida nocturna incluye discotecas, tabernas, cafés y conciertos, distribuidos en los barrios de Le Carré, el centro de Lieja, y una isla en medio del río llamada Outre Mosa.
Desde la creación de las aerolíneas low cost, el aeropuerto de Charleroi ha incrementeado su popularidad entre los turistas europeos. Sin embargo, muchos pasan de largo la ciudad a favor de la capital ubicada a poca distancia.
Construida originalmente como una fortificación española, Charleroi es ahora la ciudad más grande en la región de Valonia, y el segundo mayor aeropuerto de Bélgica. Se trata de una ciudad que ha logrado un balance ideal entre ser moderna y animada, y conservar su encanto de pueblo medieval, con céntricas calles adoquinadas repletas de hermosas tiendas y cafeterías.
Los alrededores de Charleroi son realmente notables, con múltiples sendas a través de áreas boscosas y naturales, y hermosos castillos, iglesia y abadías sobrevivientes al paso de los siglos. También encontrarás muchos museos, como el famoso Museo de la Fotografía, que documenta la historia y evolución de la fotografía hasta nuestra época.
Con 2000 años de antigüedad, la ciudad Tournai se enorgullece de su supervivencia a través de una larga historia, así como su continuo desarrollo y crecimiento. Rodeada por valiosos monumentos y vestigios, la Cité des Cinq Clochers (la ciudad de las cinco torres) es también la ciudad de los reyes: Childerico, Clovis, Philippe Auguste, Luis IX, Enrique VIII, Carlos V, Luis XIV.
A pesar de que hoy en día Tournai a veces parece perderse en los confines de Bélgica, se trata de un impactante destino turístico que seduce a sus visitantes con la clásica porcelana de Tournai, y las majestuosas pinturas de Roger de le Pasture, Manet o Argenteuil, albergadas en su grandioso museo de arte.
Para la mayoría de los turistas, la ciudad de Mons evoca recuerdos de la Primera Guerra Mundial, albergando atracciones y monumentos que conmemoran la presencia de las tropas británicas y alemanas en 1914. Pero no todo es historia pasada, ya que la ciudad ha sido seleccionada para convertirse en una de las dos Capitales Europeas de la Cultura en 2015, por lo que está preparando un interesante programa cultural para sus visitantes.
Mons es también una ciudad con profundas tradiciones, como las celebraciones anuales de "Lumeçon" y "Le Car d'Or", que ponen de relieve la importancia de estas costumbres para sus habitantes.
Durbuy es sin duda un lugar pintoresco. Cómo la ciudad llegó a existir es un completo misterio, aunque su historia comenzó probablemente en la Edad Media. Mientras numerosos pueblos de la región fueron mencionados por primera vez alrededor de los siglos VIII y IX, Durbuy no hizo su aparición oficial hasta el siglo XI, cuando se construyó un castillo fortificado y se transformó en una pieza clave en las defensas de Luxemburgo y La Roche.
En 1331, Durbuy recibió el título de "ciudad" por parte de Jean de Bohème por los servicios prestados. Desde entonces, los habitantes de Durbuy se enorgullecen de vivir en la “ciudad” más pequeña del mundo. /// Texto escrito por Alfredo. |