Turismo en Brujas
Brujas es una de las más bellas ciudades de Europa. Conocida también como la “Venecia del Norte”, sus canales, puentes y casas del casco antiguo – declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO – la convierten en un lugar muy romántico para visitar.
Durante la los siglos XII y XIII fue un centro de comercio y producción textil, así como la ciudad más grande de Bélgica.
Sin embargo, el declive económico a fines del 1400 le permitió permanecer inalterada durante siglos, transformándola en una de las mejor conservadas ciudades medievales.
Turística, saturada y un poco falsa sería la descripción que haría que elimines una ciudad de tu lista de vacaciones. Pero no a Brujas.
Esta ciudad flamenca es un destino muy popular y, a pesar de estar atestada gran parte del año, parece revitalizada por la significativa afluencia de turistas.
Es que Brujas es justificadamente popular, llena de arquitectura gótica, románica y renacentista, mucho arte, cultura e historia, y la exquisita cocina belga.
Elegimos el Relais & Châteaux Hotel Heritage por su excelente ubicación en el centro, a solo media cuadra de la Plaza del Mercado. El edificio histórico donde se aloja conjuga una mezcla encantadora de antigua elegancia con modernas y confortables instalaciones.
Brujas es una pequeña ciudad con mucha gracia y carácter, con calles empedradas y un laberinto de vías fluviales que invitan a explorarlas a pie, en carrozas tiradas por caballos, o en barco por los canales.
Si bien la ciudad tiene muchas atracciones, también es muy agradable para caminar o sentarse en un bar a degustar una exquisita cerveza belga.
Pasear por la ciudad es como hacer un viaje en el tiempo. Desde sus orígenes en el siglo XIII parece haber cambiado poco. Como en un cuento de hadas, los cisnes se deslizan por los canales y las casas de piedra parecen estar hechas de pan de jengibre.
El Markt – o Plaza del Mercado – cuenta con un antiguo campanario al que se puede acceder subiendo los 366 escalones. La recompensa es una espectacular vista panorámica.
Al este del Markt está la hermosa plaza Burg, donde se encuentran la Basílica de la Santa Sangre, con su románica capilla de San Basilio, arte y reliquias religiosas. Cerca está el Ayuntamiento, un imponente edificio gótico del siglo XIV con una gran colección de objetos históricos.
Pasando el puente de Burg hay un mercado de pescado todas las mañanas de martes a sábado. Cerca de allí está el Museo Groeninge, que exhibe pinturas belgas y holandesas, como obras de Jan van Eyck y Hieronymous Bosch, y el Museo Gruuthuse con su fina colección de arte medieval.
Más al sur, la Iglesia de Nuestra Señora se jacta de poseer la pintura “La Virgen con el Niño” de Miguel Ángel en su colección.
Por la misma calle, el Museo Memling muestra los trabajos del pintor flamenco Hans Memling dentro de uno de los hospitales medievales más antiguos. Al lado, la colección del Museo Arqueológico se remonta a la Edad de Piedra.
El principal distrito de compras se encuentra entre Markt y 'T Zand, mientras que la Sala de Conciertos 'T Zand ofrece conciertos y muestras de teatro belga e internacional. No te pierdas las vistas desde la cafetería de la Torre Lantern.
En verano abundan las embarcaciones turísticas que ofrecen recorridos narrados. Asegúrate de tomar uno de estos pintorescos paseos que salen desde la Torre del Campanario, el Ayuntamiento y la Iglesia de Nuestra Señora.
Los restaurantes allí no siempre son baratos o maravillosos, aunque los mejillones con patatas fritas son deliciosos. Si no quieres gastar mucho evita los alrededores de la Plaza del Mercado y la plaza Burg.
Encontrarás buena comida a precio accesible si te alejas de los caminos trillados, especialmente en aquellos restaurantes donde veas más lugareños que turistas. /// Texto escrito por Alfredo. |