Turismo en Heidelberg
Ciudad turística por excelencia, Heidelberg cuenta con un magnífico castillo de estilo gótico-renacentista que domina enteramente el panorama urbano. Esta bella urbe recibe cuatro millones de visitantes al año a pesar de su escasez de alojamientos económicos y de los elevados precios de sus restaurantes.
Heidelberg tenía garantizado su paso a la historia cuando Ruperto I estableció aquí la primera universidad en Alemania. La construcción del palacio de la ciudad, que alojaría entre otras cosas la universidad, comenzó en 1386 y continuó hasta el siglo XVII. Fue entonces cuando a manos de los franceses la ciudad quedó parcialmente destruida y deberá reconstruir en el siglo XVIII en estilo barroco.
Además del castillo, en la universidad destacan dos edificaciones la primera la Biblioteca de enorme belleza arquitectónica y con más de 2 millones de libros en su fondo. También el Heidelberg Schloss, un enorme edificio de residencia estudiantil, completamente construido en estilo barroco.
Otro edificio interesante es el Studentenkarzer o la cárcel de los estudiantes. Aunque Heidelberg tiene fama gracias a su conocida universidad, también tiene muchas otras cosas que visitar, como: la Catedral con sus preciosas cúpulas barrocas, la iglesia de los Jesuitas en estilo de la contrarreforma y el puente antiguo o Carl-Theodor-Brücke que data de 1786.
Es inevitable sentir la atracción romántica del castillo, y se puede huir de las hordas de turistas caminando por alguno de los senderos que recorren las colinas de los alrededores y disfrutando de su paisaje. Si se pasea por las calles de la parte posterior de la población, es posible toparse con algún lugar donde pasar horas en una cafetería junto a poetas y otros personajes.
En el interior del castillo de Heidelberg, considerado el más famoso de Alemania, se encuentra un museo dedicado a la evolución de la industria farmacéutica en el país y el “barril grande del castillo de Heidelberg”. Este famoso barril, que en realidad son cuatro, los regentes de la ciudad almacenaban el 10% de la producción de vino de toda la zona que se colectaba a manera de impuesto. Estos enormes barriles convocan anualmente miles de personas que vienen a admirar su tamaño y buena manufactura –hay que tener en cuenta que el más viejo de ellos data de 1592.
Heidelberg es una ciudad fascinante con un ritmo alocado y un ambiente juvenil… sus conexiones en tren constantes con Frankfurt, Stuttgart, Munich y Berlin hacen de ella un destino fácil e interesante. /// Texto escrito por Alfredo. |