Turismo en Berlin
Muchos turistas llegan a Berlín atraídos principalmente por la resurrección de la ciudad, considerada una paria, tristemente como consecuencia de su famoso muro que dividió la metrópolis después de la Segunda Guerra Mundial.
Pero todo eso ha cambiado a una velocidad vertiginosa, y hoy en día, si hay algo que hace de esta una ciudad única, es el hecho de que desafía cualquier clasificación. El lujo chic de la avenida Kurfürstendamm está en pleno contraste con el barrio bohemio de Kreuzberg y la futurista Potsdamer Platz, en cristal y acero.
Cualquier ruta para conocer Berlín a fondo debe comenzar por Alexanderplatz. Esta plaza es el perfecto ejemplo del contraste arquitectónico de la ciudad, porque en pocos metros se puede visitar el antiguo Rathaus, la tradicional Marienkirche, la moderna torre de televisión y varios nuevos centros comerciales.
La Fernsehturm o torre de televisión se considera el símbolo y el edificio más alto de la ciudad –además del cuarto más alto de Europa-. Alexanderplatz es un lugar ideal para tomar un desayuno alemán, con muchos pasteles y chocolates caliente que ayuden a palear el frio del invierno o con zumos naturales para el calor del verano.
De la famosa plaza tiene tres opciones: ir al norte para visitar los encantadores patios de Spandau donde puede ir de compras o comer en excelentes restaurantes de moda, ir al sur-este para recorrer la East-Side Gallery –los últimos 1,3 Km. continuos que quedan en pié del famoso muro de Berlín, o ir al oeste hacia la “isla de los museos”. Esta última será la ruta que tomaremos en este escrito.
Aunque sea algo poco convencionales les recomiendo pasarse por el Hotel Radisson Blue en cuyo lobby podrán disfrutar de uno de los acuarios más grandes del mundo y gratis. Nuestra siguiente parada es la Catedral de Berlín o Berliner Dom. Aunque esta no es una de las iglesias más interesantes de Europa, no se reprima y si está abierta aproveche para visitarla. Al salir cruce el puente que le separa de la “isla de los museos”, una enorme extensión de tierra en el centro del río Spree que concentra todos los museos de la ciudad.
Aunque todos son muy interesantes, sólo dos de las instituciones de la isla destacan. La primera el Museo de Pérgamo que concentra tres magníficas obras de la arquitectura antigua y clásica como son: la puerta de Ishta, el mercado de Babilonia y el altar de Pérgamo. La segunda es el Altes Museum, hogar del busto de nefertiti y de todos los tesoros expoliados de Egipto por los alemanes.
Aun que no entre, el El palacio de Charlottenburg, merece una vista exterior para admirar su regia fachada. Este edificio era la residencia de verano de los reyes prusianos. En la actualidad se puede visitar completamente y también acceder a sus originales jardines mezcla de estilo barroco e inglés.
Una vez visitada la isla de los museos es momento de relajar y nada mejor para esto que un paseo a ritmo lento por la calle más famosa de la ciudad Unter der Linden. Este antiguo boulevard reúne en poco más de un kilómetro la esencia más pura de la idiosincrásica alemana. Exquisitas tiendas, creativas galerías, el museo Guggenheim, pastelerías y cafés, librerías, tiendas de recuerdos, arquitectura, hoteles antiguos… todo todo todo vale la pena!
En el extremo Este de Unter den Linden se encuentra el monumentos más famoso de la ciudad la Puerta de Brandenburgo -la única que se conserva de las catorce de la muralla que en el siglo XVIII rodeaba Berlín. A la derecha el Memorial de la Víctimas del Holocausto de Peter Eisenman y a la izquierda el Reichstag –sede del Parlamento alemán después de la reunificación.
Visitar el Reichstag es una experiencia que recomiendo, pues la magnífica cúpula habitable con la que Norman Foster remató el antiguo edificio es el mejor mirador sobre la ciudad que se pueda tener.
Desde la alturas puedes programar la visita del día siguiente, pero antes y con el ritmo de la noche disfrutaremos del ambiente de Postdamer Platz y su Sony Center.
Por la mañana de segundo día comenzaremos la ruta en Checkpoint Charlie, la antigua frontera entre las dos Alemanias. Seguiremos a Postdamer Platz para disfrutar de su ambiente de día hasta la puerta de Brandenburgo. Luego nos internaremos en el inmenso Tiergarten hasta la columna de la victoria y a través del barrio gubernamental para disfrutar de la moderna arquitectura y concluir en el famoso lado este, visitando la estación Zoologischen Garten y la Iglesia de la Memoria o iglesia Memorial Kaiser Wilhelm. La zona oeste es ideal para hacer compras y provar nuevos restaurantes.
En Berlín se puede beber cócteles en la terraza de un rascacielos o vino tinto en una bodega al son del jazz; es una ciudad con algo para todos.
Desde la caída del muro en 1989, Berlín se ha convertido en un crisol de creación y pensamiento innovador. Los arquitectos han conseguido un espacio donde pensar nuevas y grandes obras, mientras artistas de todo el mundo llegan para inspirarse en su ambiente.
Y olvídate de la tradicional ciudad de las salchichas y el chucrut. Hoy encontrarás el mejor sushi codeándose lado a lado con un local de auténtica cocina italiana. Además esta es la ciudad que vio nacer al doner kebab y al currywurst –una deliciosa salchicha alemana con salsa de curry que venden por todas partes-.
Sin embargo, al mismo tiempo que la ciudad respira vida y movimiento, los berlineses siempre han encontrado tiempo para disfrutar de "und ein Stück Milchkaffee Kuchen", café con leche y una rebanada de pastel –las panaderías de Berlín son las mejores de toda Europa.
Solo ven y déjate arrastrar por las riquezas, rarezas y vitalidad de esta ciudad fascinante. /// Texto escrito por Alfredo. |
