¿Cómo son los hoteles en Polonia?
La primera vez que viajamos a Polonia nos alojamos en casas familiares que alquilaban habitaciones a mochileros. La experiencia fue buena pero tenemos poco que comentar, lo que cual por una parte es bueno porque nuestras historias de aquel viaje suelen poner los pelos de punta a muchos.
En nuestra segunda visita, ya alojados en hoteles con estrellas, nos sorprendió que nuestros dos recuerdos más vívidos se repetían sin importar el precio o el estatus del alojamiento. El primer recuerdo es el papel higiénico –perdón por lo escatológico del comentario- que está confeccionado a base de, sabe dios, que material semejante al papel de lija. Así que si tienen la piel sensible lo mejor es que incluyan uno o dos rollos de papel en sus maletas.
El segundo recuerdo era la carestía de cortinas o persianas en las ventanas; que atribuimos a la extremadamente temprana vida polaca. A las 7 am ya está toda la ciudad en pié y en pleno funcionamiento –tiendas y comercios abiertos-, así que suponemos los polacos no necesitas cortinas porque se levantan muy temprano.
Superadas las anécdotas curiosas –algo incómodas también- sólo me queda alabar el servicio polaco que es amable, ilustre e inigualable. Los polacos son gente servicial y además dominan perfectamente el inglés y muchos otros idiomas. Tal vez lo peor de los hoteles en Polonia sea la decoración que deja mucho que desear en cuanto a tendencias modernas; abundan los estampados florales, el color marrón y los cuadros feos.
Los hoteles en Polonia aun siguen teniendo un precio muy accesible comparado con otras ciudades de Europa. Por lo general, las habitaciones y los baños son espaciosos y bien equipados –especialmente bueno el wi-fi.
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