Viajar a Brasov
La segunda ciudad de Rumanía, Brasov, es una ciudad moderna e industrial poco frecuentada por los turistas que visitan la mítica Transilvania. Sin embargo, la pintoresca Brasov ofrece muchas posibilidades a sus visitantes.
Lo primero que ves al llegar a Brasov es el imponente campanario de la iglesia y la misteriosa torre negra del edificio del Consejo rivalizando con el Monte Tampa ―la elevación más grande de los Cárpatos rumanos―. Un poco más abajo un amasijo de calles y construcciones antiguos se expande como invadiendo la planicie, es el barrio de Shei. Si detallas el panorama te sorprenderá ver la estatua de la Virgen María, custodiando la ciudad desde lo alto de la iglesia.
Una vez que comienzas a caminar por las calles, no puede parar de mirar las decenas de detalles góticos, barrocos y renacentistas que hay en todas las construcciones de la ciudad. A pesar de la variedad de estilos, el ambiente es en general medieval; escenario ideal para albergar los festivales culturales que en la ciudad se realizan. Destaca especialmente el Festival de Música Ligera “Ciervo de oro”.
De visita obligada son también la Iglesia de San Nicolás del siglo XIV y la Catedral Ortodoxa que data de 1392, aunque casi toda la construcción es de 1858. En Brasov hay un poquito para todos; los interesados en museos tienen el Muzeul "Prima Şcoala Românească" donde se exponen los primeros libros impresos en rumano; los fans de Drácula el cercano Castillo de Bran y los deportistas la estación de esquí Poiana Braşov.
La ubicación de Brasov la hace un lugar ideal para centro de operaciones de un recorrido por toda Rumania. La ciudad está casi equidistante de la famosa Costa del mar Negro y también de la región de Maramures, donde están las famosas iglesias de madera declaradas Patrimonio de la Humanidad. /// Texto escrito por Alfredo. |