Viajar a las Islas Azores
Las Azores son un paraíso para el que ama la naturaleza. Aquí predominan las lagunas azules con formas fantasiosas enmarcadas por flores y los seductores miradores sobre la tierra y sobre el mar, en las alturas de los montes. Entre los profundos y verdes cráteres de antiguos volcanes, se esconden parajes que han mantenido su pureza original. Viajar a las islas Azores significa el redescubrimiento de la tranquilidad bucólica de la melodía del silencio, que significarán un recuerdo para toda la vida.
En las islas Azores el clima es templado todo el año, sin grandes variaciones. La temperatura promedio anual es 24 °C y el mar gracias a las corrientes especiales conserva una temperatura de 20 °C todo el año.
Las azores es un archipiélago de nueve islas bajo la soberanía de Portugal; cada isla es un pequeño mundo en si misma. En el extremo de Europa en pleno Océano Atlántico, cada una de las Azores es un calidoscopio de paisajes y gentes, construidos a base de tradiciones seculares y vivencias en equilibrio con la naturaleza.
Isla de San Miguel
La isla de San Miguel, la más grande de las azores, se siente orgullosa de sus tres lagunas: Sete Ciudades, Fogo –fuego- y Furnas y de la vida bulliciosa de su principal ciudad: Ponta Delgada.
Sete Ciudades, situada sobre una acuarela viva en la que predomina el verde y el azul, evoca una leyenda de princesas desgraciadas de reinos perdidos. Fogo o Fuego es la más dramática, enmarcada en lava y mar. Furnas, por su parte, es un espejo de agua que parece haber salido de un cuento de hadas.
El Valle das Furnas es un lozano jardín en el fondo de un amplio cráter, por donde corren riachuelos de agua caliente. En su interior, el Parque Terra Nostra, en el que se entremezclan las especies exóticas tropicales con las especies de los países fríos. El vapor o Caldeiras que calienta el ambiente nos habla del origen volcánico de la isla. Para finalizar, la visita a la única plantación de té de Europa.
Terminen la visita en Ponta Delgada. Esta ciudad asomada a una amplia ensenada es la más grande y el corazón turístico de la isla. Museos y monumentos, calles con historia junto a hoteles, restaurantes y tiendas son parte de esta curiosa población. La marina de Ponta Delgada alberga veleros procedentes de toda Europa y de América. Y por la noche color, iluminación y mucha marcha.
San Miguel también es golf, contemplar aves, submarinismo, playa, vela, tenis, equitación, pesca deportiva, restaurantes, tiendas y mucha alegría en un entorno de paz y diversiones sin igual.
Isla de Santa María
A un lado de San Miguel, está Santa Maria, con las pendientes cubiertas de viñedos, la bahía de Sao Lourenço y la capilla de los Angéles donde Colón rezó de regreso de su primer viaje.
Recortada por profundas bahías, Santa María, posee las playas más bellas de las Azores y con más horas de sol. Olas que desafían a los surfistas, pesca deportiva de altura, vela, windsurf y submarinismo atraen a los que prefieren unas vacaciones activas hasta la isla de Santa María.
Los incondicionales de vacaciones tranquilas y revitalizadas se entusiasman con el paisaje bucólico; el contraste entre los verdes montes y las llanuras desnudas de vegetación; el ritmo plácido de la vida campestre; los paseos en busca de hayas primitivas y admirando la gran concha en escalones de la Bahía de San Lorenzo.
Vila do Porto, Espíritu Santo y San Pedro son tres ciudades obligadas en un itinerario por Santa María, para conocer iglesias, conventos y fortalezas que rememoran tiempos pasados.
Isla de Flores
Flores es la naturaleza en toda su primitiva exuberancia, usted jamás podrá dejar de pensar en toda esta belleza; en los picos y montes que bajan hasta la costa en acantilados verticales, en el espejo azul de siete lagunas que brillan como joyas engarzadas en el verde paisaje, en el contraste murmullo de cascadas que saltan desde lo alto de precipicios en dirección del mar. Pero sobre todo, en el arco iris de colores de la muchas flores que salpican y decoran toda la isla.
Flores es paseos, cuadros naturales, pesca, submarinismo, nadar en piscinas naturales de lava y mar y relax. Visite los pueblos de Santa Cruz y Lajes que datan del siglo XV y las aldeas del interior entre las que están: Fajazinha y Fazenda das Lajes.
Isla de Corvo
En pocas horas, se conoce Corvo, solo hay un pueblo con casas blancas de ventanas decoradas con colores sobre un barranco junto al mar. Tras visitar la sencilla iglesia que guarda una preciosa imagen flamenca del siglo XVI, hay que subir al Monte Gordo para admirar las lagunas recortadas por islotes en el fondo de Caldeirao y reconocer en el horizonte la cercana sombra de la isla de flores.
Las cinco islas más pequeñas: Terceira, Faial, Pico, Graciosa y San Jorge.
En el centro de las Azores se sitúan cinco islas próximas las unas de las otras. La isla de Terceira nos habla de la historia en Angra do Heroísmo, primera ciudad europea nacida en el Atlántico declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
La isla de Faial es el fresco azul de las hortensias y el puerto de acogida para los amantes de los yates. En frente, la montaña que nace del mar, la tradición ballenera de la isla del Pico es legendaria; aproveche la oportunidad para hacer un viaje de observación de estos maravillosos animales.
El inmenso verde de los pastos, las planicies de tierra junto al mar en la base de altos acantilados constituyen el cuadro natural de la isla de San Jorge. Por último Graciosa, la isla más pequeña, posee una misteriosa laguna en el fondo de una cueva volcánica y campos cubiertos de viñas en los que agitan sus brazos los molinos. /// Texto escrito por Alfredo. |
